lunes, 28 de junio de 2010

PELI DE TERROR







Cuando conocimos a Ricardo, estabamos en la costa y lo vimos rodeados por una numerosa familia. Yo pense que era su familia.
Cuando yo acepté ir a su casa fue porque crei que habia mas gente en ella. Una familia entera me da mas confianza que un hombre solo, que se yo.
Matias esperó hasta que nos tomamos el tren de 30 horas a Misiones y estabamos caminando 45 cuadras hasta la casa de Ricardo para decirme "Ah, yo pensaba que sabias que vivia solo"
En ese momento ya estaba jugadisima, de cualquier modo, todo lo que pasaba por mi cabeza eran puros prejuicios.
En la gran ciudad te entrenan para que tengas miedo. Miedo a lo desconocido, miedo a que te asalten, que te ataquen, miedo a confiar en la gente. Te enseñan tambien que no podes viajar sin plata, te venden caros paquetes o "promociones" de cruceros, tours, te dicen que no podes disfrutar del todo el viaje si no comes en un restaurant, si no dormis en un hotel con servicio de cuarto y vista al mar.
Desde chica yo tuve la sensación de que habia algo que estaba mal en esto que pensaba la mayoria de la gente, pero nunca pude saber porque, ni ponerlo en palabras. Mi instinto me llevo a alejarme un poquito de la ciudad. Solamente con alejarme un poquito me di cuenta de que hay otro mundo en el que uno puede ser libre de verdad. Es este mundo, el mismo que conocemos todos. Pero visto con otros ojos y con otra actitud. Hay que abrir un poquito la cabeza, aventurarse, en un sentido muy amplio... No se imaginan, lo mucho que me cuesta esto. Soy casera y desconfiada hasta la médula. También me cuesta desaferrarme de lo que ya conozco.
Por eso en esta parte del viaje, (y ahí está el desafío) que era tan solo el principio, me sentia todavia muy cerca de la ciudad aunque ya estaba a mas de mil kilometros, tenia mucho miedo.
Matias escribió en su diario "La casa de Richard es muy humilde y aca todo funciona de pedo" jajajajajaj!! tiene razón. Pero el hombre nos muestra todo con orgullo y esta en todo su derecho, es un señor muy ingenioso. Tiene una tele en blanco y negro que se puede escuchar y una al ladito a colores que no le funciona el sonido. Poniendolas juntas está joya.
Ricardo trabajo de casi todo, casi siempre vendiendo en la calle y todos los aparatos los hizo èl mismo: Se armó una maquina pochoclera, un par de maquinas para hacer copos de azucar (tiene trabajando a varios tipos con eso), armó una moto con partes de otras tres y corta botellas para hacer vasos (para esto tiene varios métodos que nos enseñó con la paciencia y la alegria de un buen maestro).
A pesar de que es un hombre muy tranquilo, Ricardo me inspira desconfianza por un par de cosas que yo me tomaba muy a pecho y exageraba. Por ejemplo, el hecho de que viva solo me daba desconfianza, y el hecho de que sea hombre. Todas estas cosas daban vueltas por mi cabeza, sobre todo la primera noche, cuando me armé una teoría de película en la cabeza. Nosotros llegamos primero a la casa esa noche, y después llegó Ricardo. Ahi comimos sanguichitos de mortadela y me calmé. Estabamos viviendo una cena normal que en nada se parecía a mi fantasía Hollywoodense. Es que en realidad sí vi muchas películas :)
Creo que pasamos allá dos noches hasta que Ricardo tuvo que ir a Iguazú a trabajar, entonces nos fuimos nosotros tambíen, horas antes de que se tome el micro.
En la despedida me dijo,como si hubiese escuchado mi mente y mis conversaciones con Mati: "Que tengan mucha suerte, y vos, no te tomes tan a pecho las cosas, tratá de vivir más tranquila"
Agaché la cabeza arrepentida de haber sido tan paranoica y prejuiciosa y nos fuimos.
Lo que quiero decir con todo esto es que aunque sea difícil, hay veces en las que vale la pena confiar en las personas, incluso podemos llegara aprender mucho de ellos. Este viaje tiene que ver un poco con eso y yo no lo sabía. Es que hablar con la gente te abre puertas. Yo no sabía hasta qué punto esto era posible.