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Algo asi es Sapahaqui :) |
Esa mañana nos levantamos con mucha energía y entusiasmo por conocer aquel destino que se nos había puesto por alguna razón en la cabeza, sin saber cómo era, cómo se llegaba, quienes habitaban, nada.
Cambiando nuestros últimos 3 dólares, 2 euros y 2 pesos argentinos a pesos bolivianos llegamos al lugar donde se tomaban los buses a Sapahaqui. Pero al preguntar al chofer cuanto costaba el pasaje nos dimos cuenta que no llegábamos por 2.6 bs. Le dijimos que por favor nos lleve igual, que veníamos de muy lejos para conocer Sapahaqui ("Sapajaqui" le decíamos nosotros, después nos enteramos que era chamuyo argentino, que se decía Sapaqui nomás) y él nos decía que no y le insistimos tanto que nos dijo "Está bien, yo los llevo, pero ¿cómo van a volver?". No importa, después vemo'
(comentarios de Celeste en celeste.... la verdad es que Mati convencia al tipo mientras tres cholitas se morian de la risa y yo me escondía atras de sus cajas con poyitos)En el minibus íbamos apretujados entre cholitos hablando aymara, intercambiando algunas palabras con algunos, que se mostraban curiosos por nuestra curiosidad.
(no entendian porque corno habiamos elegido un pueblo tan olvidado como Sapahaqui, en vez de ir a lugares turísticos como la gente normal...ponele)
Sapahaqui es un pequeño pueblo situado en un Valle, que es la división entre el altiplano y las yungas bolivianas. (bajá hasta ahi en mini combi, animate) El clima es totalmente diferente al de La Paz, pese a estar a sólo tres horas de viaje. Desde muy tempranito el Sol calentaba suave, por las noches resfrescaba bastante, aunque era algo soportable y casi nunca llovía. En Sapahaqui hay una plaza, una comisaría, una escuela, una iglesia que está cerrada y varios vecinos. Cada familia tiene su chacra con plantaciones de papa, damasco, trigo, cebolla, entre otras. Además crían ovejas que traían a comer cerca nuestro y las estacaban al suelo para venir a buscarlas al bajar el Sol. (este sol merece una S mayúscula)
Cuando llegamos un policía nos indicó algunos hostales donde pasar la noche. Le respondimos todo que sí y nos fuimos. No queríamos que sepa que no había un cobre y que íbamos a trabajar para poder volver.
Buscamos un lugar tranquilo y deshabitado para tirar la carpa. Bajamos al río seco y lo cruzamos. Llegamos a un lugar resguardado, lejos de la poca gente que había. Después de armar hicimos un fueguito para cocinar, comer e irnos a dormir. Había sido un día cargado de emociones. Nesecitábamos descanzar.
Entonces un grupo de lugareños se acercó hasta donde estábamos nosotros. Primero llegaron algunos, luego más y más. Con sus linternas nos cegaban. Nos dijeron que querían que nos fuéramos porque estábamos invadiendo su tierra. Ayunque el lugar donde estábamos no era el terreno de ninguno, era el territorio de la comunidad y cualquier extranjero que fuera era interpretado como un "invasor". Tratamos de explicarles que no era nuestra intención que se ofendan, ni invadir, ni malograr el lugar, ni nada, sino todo lo contrario, queríamos conocerlos. No hubo forma. Nos amenazaron con que ellos nos lo decían de buena forma y que después iba a venir gente armada con piedras. Tuvimos que desarmar e irnos en la noche, por las piedras del río seco, con el cuerpo cansado, el peso de las mochilas, después de conocer la famosa "cerradez boliviana" que nos habían mencionado antes. Esperábamos (muy) ansiosos la excepción a la regla.
No tardó en llegar, porqué por cada humano que niega ayuda hay 100 que la dan. En el camino un hombre se acercó hasta nosotros para guiarnos hasta una cancha de fútbol donde se podía acampar. Pobre, tuvo que aguantarse todos nuestros reproches. (y con esto nos referimos a los alaridos de Celestita que dejó bien claros sus pensamientos al respecto de esa gente) Nos fuimos a dormir. Angustiados, sí. Pero más aliviados de que hayamos salidos de esa situación ilesos.
(antes de irme a dormir me quedé escuchando la banda que vino a cantarnos el arroró...ponele. Eso me calmó un poco, pero al principio cuando vimos que llegaban tipos con tubas, saxomfones y otros instrumentos cuando nosotros queriamos dormir, mas que nada para que ese día se termine, yo pensaba "que más nos puede pasar hoy")
Al otro día, (el paisaje a nuestro alrededor hizo notar porque Sapahaqui se hacía rogar tanto) alguien nos explicó que del otro lado del río vive una comunidad distina, que son gente más recia, con creencias antigüas. "Antigüas?" pregunté. "Sí, pensaban que ustedes eran los kiri-kiri". "O_o!? lo' qué?!". "Los kiri-kiri, unos monstruos mitológicos que secuestran a las personas y les arrancan las médulas espinales" ...
Nuestra estadía en Sapahaqui pasó por muchas etapas. Al principio estábamos solos todo el día. En un fueguito cocinábamos desayuno, almuerzo y merienda. Nunca cena porque como no teníamos luz cuando se iba el Sol nos íbamos a dormir hasta que salía de vuelta. Como teníamos provisiones para toda la semana, y no había gente a la que venderles artesanías no trabajábamos. Pasábamos el día tejiendo, caminando entre los cultivos, molestando a las ovejas. (Solo los domingos ibamos a la Feria del Alto a trabajar y ajuntar más provisiones para la semana)
Con el correr de los días nos hicimos más y más conocidos, tanto que no sentíamos celebridades. No había un momento en el día en que estuviéramos solos. Lo que al principio era genial (sin movernos de nuestro lugar vendíamos, charlábamos, jugábamos con los niños, hasta nos traían comida!) después comenzó a cansarnos. Ahora puedo decir que entiendo a Michael Jackson...mmm...no, no creo :P
Tuvimos inconvenientes con un grupo de adolescentes que nos robaron algunos de nuestros trabajos, pero salvo eso, pegamos especial onda con otro grupo, con los que nos juntábamos a la noche a cocinar, cada uno traía un ingrediente de su casa y armábamos alto fuego. También hacíamos juegos nocturnos, como el Sol y hielo (que no es nocturno, pero de noche era más emocionante) Y aprendimos alguito de aymara. Iu jam patita!
(no seas grosero, Mati!, Lo que queria decir yo, es algo que le prometi a esas mocosas malcriadas que iba a publicar en mi blog y aqui va NUNCA ME ROBARON EN TODO EL VIAJE HASTA AHORA SALVO EN SAPAHAQUI)
Los sábados que estuvimos en Sapahaqui íbamos a la feria del pueblo siguiente, llamado Tacobamba, donde iban todos los pueblos cercanos, ahí nos iba tan bien que nos permitía vovler a la Paz los domingos y trabajar de nuevo en la feria del Alto. Pasamos dos semanas en Sapahaqui, donde conocimos mucho de la cultura boliviana. La gente quería que nos quedemos hasta el verano, para ver cómo todo el valle se ponía verde y los árboles se llenaban de frutas. Pero Macchu Picchu nos llamaba como Sauron al anillo de poder y con eso en mente nos fuimos con la idea de pasar a Perú ese mismo día.
(En la combi subiendo del valle de vuelta al "mundo real" me agarro algo que no se muy bien como explicar. Una fuerza de adentro miso empujaba para afuera, entonces me converti en un mar de lagrimas. mati me preguntaba que me pasaba pero yo no podía decir nada.
Creo que fue una mezcla de cosas. Por un lado necesitaba descargarme despues de haber pasado casi tres semanas siendo entrevistada las 24 horas del día y despues, la emocion de que al fin habia llegado el día de cruzar la frontera a Perú. Sabíamos que nadie nos detendría. Sabiamos que eramos responsables de hacer nuestro sueño realidad, porque los límites estan solo en la cabeza, y ahora lo habíamos comprobado. Habíamos llegado muy lejos. Mucho más lejos de los que 3000 kilometros pueden ser.
Ese llanto fue una forma de decir GRACIAS)