El hilo rojo

Se nos ocurrio fiscalizar para entrar a alguna feria... La verdad tenemos re pocas cosas hachas con macramé y re simples, pero quisimos probar igual. Primero fuimos a la feria de San Bernardo y nos dijeron que vayamos al otro dia pero con mercaderia. Teniamos que llevar 6 productos y tenian que ser cosas que en lo posible no vendan en esa feria, sino como que no entrabamos. No nos quedo una muy buena sensacion de esa feria y ademas estabamos como desanimados porque despues de ver los tremendos paños que se mandan los artesanos y encima con cosas colgando y toda la parafernaria nos sentiamos hormiguitas en un mundo inmeeeeenso. Despues casi volvemos a casa a comer y dormir abuelamente, como es nuestra costumbre (eran como las 22 hs) mientras otros seres se van de chachara a bailar o beber, pero decidimos ir a la feria de Mar de Ajo. Otra vez vimos cosas re grosas en macramé, cada paño que veiamos era mejor y mas creativo.. hormiguitas! ... hasta que fuimos a parar a un puesto en el que un rasta le ofrecio un mate a Mati... asi nomás, de la nada aparecio este ser llamado Guille que ofrecia mates a este desconocido que yo amo tanto. Nos pusimos a charlar y les contamos nuestra idea. De un momento al otro nos invitaron a pasar del otro lado y seguir mateando y charlando.
Siomara y Guille son pareja hace como 6 años y aprendieron macramé hace otros tantos más. Quieren viajar a Misiones y de ahi ir a Brasil, pero todavia no es el momento. Nos abrieron más puertas de las que puedan imaginar: Nos querian ayudar a entrar a la feria y nos enseñaron muchos puntos nuevos, entre otras cosas que las palabras no alcanzan. Ojala supieran la sensacion que tuvimos cuando nos fuimos de la feria a casa con tantas ideas nuevas y con la satisfaccion de haberlos conocido. Los dos tienen una paciencia infinita para enseñar y son personas dadas y humanas. Él es un tipo alegre, sociable. Ella confiesa no ser tan sociable, pero a los dos se les nota a la legua el buen corazón. Ella dice ser fria, sin embargo a nosotros no nos toco ver nada de eso :)
Al otro dia fuimos de vuelta a la feria, ya para 'parchar' despues de que Guille nos hizo la onda. Teniamos un julepe barbaro, como si fuese el primer dia de escuela. Unos artesanos nos prestaron la tela para apoyar las cosas. En cuanto armamos todo y nos dimos cuenta de lo trisssste que era nuestro paño, nos fuimos bajo el ala de Guille y Sio, a seguir mateando y aprendiendo. Ella dijo que era una lastima que nos hayamos conocido tan cerca del dia que ellos se volvian a Buenos Aires y yo coincidi; hubiese sido bueno compartir una comida o un dia de playa, o simplemente conocernos mas, pero supongo que tengo que acostumbrarme a conocer gente copada y seguir viaje.
Siomara me cuenta que cuando era chica y no estaba tan conforme de tirar un paño en una plaza, un artesano vino y le dijo que en algun momento le iba a servir y le iba a gustar, no me acuerdo textuales palabras pero la cosa es que le quedo grabado en la mente y dijo que lo mismo pasa con nosotros: A ellos les enseño alguien y ahora ellos nos enseñan a nostros. Por eso creo que la mejor forma de pagarles todo lo que hicieron por nosotros seria enseñarle a alguien mas, (aunque una balija llena de guita no estaria nada mal :)), algun día, tarde o temprano lo haremos. Entre todos esos ratos de charla les comenté que el hilo encerado esta $6 en San Bernardo, cuando en Buenos Aires lo conseguimos a $2,50 y que no compramos ningun hilo, nos alcanzaron todos, excepto el hilo rojo. Se ve que era un color fundamental por que ya habiamos comprado dos tubitos ahi en un mes y ya tenia que comprar un tercero. Antes de despedirnos, no sin antes intercambiar posibles medios de comunicación, nos regalaron un collar a cada uno y un hilo rojo. Siomara me aceptó una pulcerita, una de las primeras que hice, que verguenza!! Pero por algo se empieza. Espero que en algun momento lleguen a leer esto y entiendan lo agradecidos que estamos. Sepan que pueden contar con nosotros, desde cualquier parte del mundo! Ustedes aportaron un GRAN granito de arena, uno de los primeros y, como el hilo rojo, son una pieza fundamental de este viaje y sueño nuestro.