Cambia La Pieeeel...: De lugares turísticos y platos rotos...

Apenas 40 minutos después de hacer dedo en compañía de María, Leo y Amparo un coche que se dirigía hacia el sur frenó y nos preguntó hacia donde nos dirigíamos. Cuando les contamos que nos íbamos hacia el Norte dieron media vuelta y nos levantaron. Nos despedimos de todos y subimos.

Ellos eran Belén y Francisco un matrimonio que estaban recorriendo un poco el NOA. Resulta que tenían a 2 hijos y un sobrino que estaban haciendo lo mismo que nosotros, por eso cuando nos vieron siguieron de largo pero no pudieron evitar volver por nosotros.

Les contamos que hasta ahora nos habìa tocado gente genial para llevarnos cuando hacíamos dedo y ellos no eran la exepción, eran muy graciosos "ah pero, gorda vos le contaste lo que hacemos? Nosotros vendemos órganos de mochileros!!" dijo Francisco y Belén completaba con algún otro comentario que lo confirmaba. :)

Con ellos admiramos el maravilloso paisaje desde Amaicha del Valle hasta Cafayate, siguiente destino. Cuando nos bajamos nos despedimos afectuosamente, y al vernos alejarnos con nuestras grandes mochilas Francisco dijo: "Ay, estos chicos caracoles!"

Nueva ciudad, nuevo mundo, nueva realidad. Como siempre ni bien llegámos a un lugar lo 1ero que hacemos es buscar un lugar para tirar el paño, así que nos dirigimos a la plaza principal y nos sentamos en una esquina. A los pocos minutos un policía nos dijo que eso no se podía hacer ahí, pero que en la vereda de en frente no había problema. En la vereda de en frente nos dijeron que ahí tampoco se podía porque hace 2 días unos malucos habían estado descontrolando y terminaron llamando a la policía y por eso ahora no dejaban que nadie tire ahí, pero que en la esquina estaba todo bien. En la esquina donde estaba todo bien, no había luz, y nadie pasaba. Y ahí estábamos nosotros, con la noche bien caída pagando los platos rotos por otros.

Decidimos buscar un lugar para ir a dormir, como teníamos 0.50 centavos descartamos todos los hospedajes de esa ciudad y decidimos alejarnos, hasta una calle en construcción donde pudimos poner nuestra carpa.

Al otro día, nos despertamos tempranito y volvimos a la plaza a esperar la magia, pensábamos que esa ciudad se merecía una segunda oportunidad de mostrarnos algo sobre su cultura, su gente, sus reglas, así que nos quedamos un dia más.

Después de que nos hecharan de la esquina donde estaba todo bien, Celes fue a la municipalidad a preguntar donde podríamos ponernos. Al principio la recibieron re bien, porque era una turista más, pero cuando comentó que era artesana se borraron las sonrisas complacientes y las respuestas se volvieron monosílabos. Se fue indignada. Descubrimos que hay lugares que viven y sobreviven por el turismo, que son construidas bonitas para llamar la atención de quienes tienen el dinero para admirarlas, pero sólo son cáscaras, como un escenario de un teatro, detrás no sigue lo que vimos primero.

Esa noche nos fuimos a dormir para que al despertarnos partamos hacia el Norte. Como última despedida de Cafayate, un perro nos ladró una hora y media sin cesar justo cuando habíamos logrado dormirnos, y se cayó justo cuando había agarrado dos cuchillos para pasarlo a mejor vida. Me quedé sin dormir y sin matar ¬¬

Pero cuando despertamos descubrimos que al lado nuestro había un viñedo gigante, donde hacían visitas guiadas gratuitas que terminaban en una degustación de vinos. Así que desayunando un cabernet sauvinosecuanto nos dirijimos a la ruta a esperar a las próximas personas que participarían de este sueño.