Fuimos a conocer la iglesia, la plaza y el museo. Allí conocimos a Carlos, el encargado del museo. Él fue un personaje muy particular. Al entrar nos contó que se acostumbra a pedir a los visitantes una colaboración, pero en verdad no teníamos dinero. Yo me sentí un poco desilusionado, ya que estaba realmente interesado en conocer sobre la civilización calchaquí. Y me parece que Carlos lo notó porque nos invitó a pasar de todas formas, y no sólo eso, si no que además nos acompañó por los salones dándonos explicaciones de todo lo que veíamos con una pasión y una exactitud de quien ama lo que hace. Luego se nos presentó la oportunidad de devolverle la generosidad: Dos extranjeros entraron al museo, ellos sólo hablaban inglés y Celes se ofreció para traducirles las explicaciones que daba Carlos y para leerles los carteles junto a las vidrieras. Energía positiva fluyendo en vivo y en directo.
Luego nos juntamos con Belén y Carlos, compramos empanaditas salteñas y salimos para Salta Capital.
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Celes aprendiendo a bailar folklore |
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Con el desayuno bajo el brazo |
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