sábado, 3 de diciembre de 2011

CUZCO, el orígen de todo..

Al llegar al cartel "bienvenidos a Cuzco" festejamos a los gritos los cuatro.
Pero ese era el comienzo del departamento, no de la ciudad. Todavia faltaba un tramo.
El paisaje era increible y con tan hermosa compañia, aún más maravilloso. Me sentía en casa.
Tuvimos que pasar la noche en Siquani, porque ya anochecía.
Matias y yo no teniamos un mango partido al medio. Pero que vá! Era 7 de diciembre y el pueblo nos recibio con música que seguimos hasta encontrar un desfile, festival, baile, morenada y caporal. Un hermoso despliegue de colores y un Perú que nos recibía con los brazos abiertos.
Pusimos el paño en la plaza y vendimos nuestros primeros 28 solcitos, bien merecidos, que estrenamos tomando una chocolatada caliente.
Al otro dia llegamos al tan ansiado Cuzco, (de Qozco, origen de todo) y almorzamos en las escaleras de una de sus hermosas catedrales frente a la plaza de armas.
Me queda mucho por recorrer de aquella ciudad, pero lo poco que vi, me encantó. Las calles angostas, construcciones de piedra, una arquitectura que volvería loca a la Roxana.. pero si, como decia Mati, alrededor de todo eso habia una maqueta armada para el turista que no te permitia ver la belleza original del Cuzco.
Como en toda ciudad turística, habia problemas para poner el paño. Apenas lo apoyamos en la calle San Blas, vinieron los municipales y nos rajaron a todos.
No encontrabamos nuestro lugar alli, pero lo encontraríamos si nos hubiesemos quedado un tiempito más, estoy segura. Tambien esta fue una etapa para descubrir o redescubrir nuestra forma de viajar y esto es algo en lo que Amparo me ayudo muchísimo.
A la noche comimos en un restaurantcito bastante alejado del centro, dirigido por una chola dormida que se despertaba solo para dar indicaciones, como si hubiese visto todo lo que habia pasado mientras estaba durmiendo y luego volvia a cerrar los ojos y permanecia sentada en su silla, hasta que volvia a despertarse y pegarle el grito a alguno.
Al día siguiente fuimos a recorrer más del Valle Sagrado. Recorrimos la feria más hermosa que vi en mi vida, en Pisaq. Despues de instalarnos y poner el paño, Amparo y Leo arrancaron para Calca. Esa fue la última vez que los ví, aunque Amparo me acompañó de otras maneras durante el viaje,  estamos conectadas de una forma que no se puede explicar con palabras, pero entre nosotras no e necesario. Ansío mucho volver a abrazarla...

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